Capítulo XIX

La pluralidad étnica, lingüística y cultural

México es un país culturalmente diverso, porque en su territorio conviven muchísimas culturas. La base de esta diversidad cultural son los pueblos indígenas o pueblos originarios, como también se nombran ellos mismos para resaltar que existían antes de que el Estado se formara como ahora lo conocemos. Pero hay algo más importante todavía: los pueblos indígenas de México, como parte de la cultura mesoamericana, representan una de las seis civilizaciones originarias del mundo, las que aportaron los elementos culturales para la formación de otras culturas que después poblarían la tierra. Dos de ellas se desarrollaron en Egipto y Mesopotamia, en la confluencia del mar Mediterráneo; otras dos alrededor de los ríos Indo y Amarillo, este último en China, y finalmente, una en la región andina.

Al hablar de civilizaciones originarias reconocemos, como dijo Miguel León Portilla, que se trató de culturas bastante de­sarrolladas, donde hubo vida urbana, sus habitantes constru­yeron ciudades y complejas formas de organización social, política­, económica y religiosa; realizaron un trabajo especializado y lograron un conocimiento muy avanzado que se reflejó en creaciones tales como cómputos del tiempo, la escritura, los centros educativos y producción de lo que hoy llamamos arte. Dentro de los procesos civilizatorios que a través de la historia ha llevado a cabo la humanidad, algunos pueden reconocerse como originarios y otros como derivados, porque tienen su origen en los elementos que los primeros les aportan. Y como se ha dicho, son seis los procesos civilizatorios que se conocen y uno de ellos corresponde a los pueblos indígenas de México.

Autores

Francisco López Bárcenas

Fascículo

Facículo 19

Audioclip

Escucha

En palabra de los autores

PRÓXIMAMENTE