Capítulo XVIII

El siglo XX: progreso, desigualdad y lucha por la democracia

Luego del estallido de la revolución y del regreso al regionalismo intenso, la segunda mitad del siglo XX y los primeros años del XXI vieron surgir una República capaz de impulsar con la sociedad la primera ocupación integral del territorio mexica­no, con poblaciones que pasaron de 20 millones en 1940 a 125 millones en 2018; redes de supercarreteras que conectan las ciu­dades del centro, norte y sur; ductos de energía; puertos y aeropuertos y generación de energía eléctrica y petrolera a gran escala. Surgió una nación unificada, un gran logro histórico, aunque con una desigualdad muy fuerte y una gran diversidad étnica, cultural y política en tensión con esa integración. La vida para muchos cambió: pasaron de cocinar con carbón o leña, al uso del gas en las casas; de iluminarse con velas o quinqués, a la electricidad doméstica.

El territorio mexicano no es el de las naciones europeas. Es, por el contrario, un espacio inmenso. Menor que los grandes países americanos, como Estados Unidos de América (eua) o Argentina, ocupa el lugar 14 en los megapaíses del planeta. En biodiversidad es el quinto lugar con un 12 % de la diversidad biológica del mundo en su territorio. La historia de sus culturas originarias es de una antigüedad semejante a las de India y China, cunas de las primeras civilizaciones y también, como ellas, posee una enorme diversidad de pueblos, culturas y vida natural. Con culturas antiguas y plurales a lo largo y ancho de su territorio creó, sin embargo, un emplazamiento de poder en el Altiplano Central, al que los mexicas, la monarquía hispánica y las repúblicas dieron continuidad hasta la fecha.

Autor

Carlos San Juan Victoria

Fascículo

Facículo 18

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