Capítulo XIV

Formación de instituciones y crecimiento económico al finalizar el siglo XIX

La nueva República mexicana tuvo que construir su Estado de de­recho y su Estado-nación cuando logró independizar­­se de España. Del vasto territorio que había tenido durante el periodo colonial, ahora debió edificar un nuevo espacio político mediante estructuras e instituciones que le permitieran conocer y controlar la extensa geografía con que contaba y ubicar a la po­blación dispersa y mal distribuida a lo largo del país. Para lograrlo, los nuevos gobernantes tuvieron que institucionalizar el poder con las leyes en una mano y las armas en la otra. Este fue un proceso largo y tortuoso que duró todo el siglo XIX, y no fue sino hasta el Porfiriato cuando se consolidó el Estado nacional.

México obtuvo su estatus legal de país independiente con la Constitución de 1824, pero solo hasta la de 1857 se erigieron las instituciones que fundarían el primer Estado de derecho. En la primera organización parlamentaria, la presidencia era débil y únicamente había una cámara con amplios poderes. No obstante, el presidente Benito Juárez intentó varias reformas para crear la Cámara de Senadores, lo cual se logró tras la derrota de los conservadores y de los franceses, y el establecimiento de la República restaurada. Asimismo, se consiguió el veto presiden­cial­ a las propuestas del Legislativo y otras reformas tendentes a crear un sistema más presidencialista, el cual se convirtió en un poder más centralizado, pero manteniendo la apariencia de uno federalista y parlamentario.

Autores

Leticia Reina Aoyama

Fascículo

Facículo 14

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